Apuntes de Historia por Francisca Amorós Vidal

Archena prehistórica, antigua y medieval

Estos "Apuntes..." nacieron en 2001 con destino al web municipal como forma de garantizar su accesibilidad, de poner la historia del municipio al alcance de un ilimitado número de personas, en definitiva, de cualquier interesado. En principio eran un resumen del libro “Historia de Archena”, de Manuel Medina, ampliándolo en lo que se refiere a la historia del siglo XX, que no se recoge en el mencionado libro, complementado con nuevas aportaciones extraídas de los propios documentos del Archivo Municipal, artículos de arqueología, monografías de historia regional u otras lecturas que permitían enmarcar y ampliar la historia local. En 2007 han sido sometidos, al tiempo que el propio web, a una profunda actualización. Podría parecer que la historia es algo inmutable, o al menos escasamente revisable pero afortunadamente no es así, con frecuencia se descubren nuevas fuentes documentales o arqueológicas que nos hacen revisar lo que se daba por sentado. En nuestro caso, sabemos mucho más sobre la historia de Archena en estos últimos siete años. Esperemos que se realicen nuevos estudios, como los que propician los Congresos del Valle de Ricote, que continúen las excavaciones arqueológicas, que se sigan aportando nuevas monografías y, por todo ello, que pronto sea necesaria una nueva puesta al día de la siempre viva y abierta historia de Archena.

Vista Panorámica de Archena

La importancia arqueológica de Archena es absolutamente incuestionable; las buenas condiciones que ofrece para el poblamiento con el agua que aporta el río Segura, la bondad de sus tierras de cultivo, y los cerros que permiten su defensa, han sido aprovechadas desde hace milenios. Gracias al descubrimiento de un enterramiento calcolítico, situado enfrente del polígono de “La Capellanía”, que albergaba los restos de 23 individuos inhumados con su ajuar, podemos datar la presencia humana desde el 2300 a.C. Aunque no se han realizado grandes excavaciones sistemáticas, son numerosos los restos de la cultura argárica hallados en el “Cabezo Redondo” y en el “Cabezo del Tío Pío”. Esta cultura se desarrolló en el sureste de la Península Ibérica, entre el tercer milenio y el segundo antes de Cristo. Sus casas eran rectangulares y estaban orientadas a la solana; no practicaban la incineración, siendo el enterramiento primero en cista y posteriormente en tinaja. Para la fabricación de armas utilizaban todavía material lítico, aunque el bronce ya era conocido a partir de las aleaciones del cobre. En cuanto a los ajuares, no faltan lógicamente espadas y puñales de bronce, cuentas de collar, diademas y algunos elementos cerámicos.

Al igual que hicieron posteriormente los íberos, ocuparon colinas y cerros inaccesibles dotados de poderosas fortificaciones por razones defensivas, para poder controlar con facilidad las vías naturales de comunicación y los cursos de agua. En agosto de 1945 fue excavado el yacimiento del Cabezo Redondo donde se encontraron abundantes restos de cerámica, la típica del bronce mediterráneo en su fase tardía, y de ruedas de molino. La cultura argárica, es una cultura guerrera sobre base económica mixta de cultura de azadón, ganadería (sobre todo ganado vacuno) y minería. En 1944, se había descubierto otro poblado en el Cabezo de Tío Pío, en el margen opuesto del río y a distancia relativamente corta.

Entre los siglos VII y VI antes de Cristo, los pueblos del sur de la provincia sufrirán una serie de transformaciones importantes a partir de las influencias mediterráneas y más concretamente, fenicias coloniales. La utilización del hierro y la aparición del torno de alfarero, la calidad de las cerámicas, muchas de ellas importadas son muestras de esta evolución que está en la génesis de la cultura ibérica. La homogeneidad cultural no implicaba ningún tipo de estructura política común, por lo que se mantenía la inseguridad. Pese a ser una sociedad guerrera en la que predominaba una aristocracia militar, se alcanzó un gran refinamiento cultural; eran grandes orfebres y mantenían fluidas relaciones comerciales. Concretamente en el “Cabezo del Tío Pío” podemos situar un núcleo de población íbero anterior al siglo III antes de Cristo; el enclave reúne las características básicas de buena situación para la defensa y control de curso de agua. El estado del yacimiento es lamentable, ya que ha sido expoliado desde tiempo inmemorial, contando sólo con una excavación oficial, la llevada a cabo en 1944 por San Valero y Fletcher en el enclave donde se sitúa una Necrópolis ibérica (en realidad, los enterramientos se producían en las mismas casas) y donde se han encontrado los restos arqueológicos más importantes siendo infinidad las ánforas, vasos, platos... aparecidos. Ya en los años veinte prospectó sistemáticamente el yacimiento A. Valiente, aficionado de Archena, quien recuperó, entre otros materiales, numerosos fragmentos de vasos griegos.

Prácticamente todas las sepulturas parecen pertenecer al siglo IV antes de Cristo. La importancia de la cerámica ibérica extraída de Archena es tal que en 1929 Obermaier y Heiss acuñaron el término “cerámica Elche-Archena”. Esta denominación se utiliza para las escenas “figurativas” que decoran algunos grandes vasos de Archena y La Alcudia (Elche). Aparecen preferentemente motivos simbólicos, presumiblemente religiosos. El otro estilo, el llamado de Oliva-Liria se califica de “narrativo” e incluye escenas fundamentales para el conocimiento de la vida cotidiana.